MEMORIA 2016


El 2016 resultó todo un desafío, donde nos necesitamos y nos encontramos fuertes, decididos y

unidos con nuestros compañeros. Nos sumamos a las acciones que se pensaron de cara a lograr las mejoras

salariales y de las condiciones de cada trabajador docente universitario.

 

Desde finales del 2015, antes de la asunción del nuevo gobierno, se desató una oleada de terribles

aumentos en elementos imprescindibles como la carne, los lácteos, la harina y muchos otros productos de la

canasta familiar. Fábricas y comercios que esperaban la devaluación, se adelantaron aumentando los

precios. La primera medida que tomó el gobierno de Macri fue la devaluación, unida a la eliminación y

reducción de las retenciones tanto en el agro, como en la soja, y en diversas industrias. Esta devaluación

provocó un gran perjuicio para los trabajadores y el pueblo.

 

A todo ello se sumaron los tarifazos en los servicios como el de la electricidad y el de gas, los

despidos masivos producidos en el estado y en el sector privado, el sometimiento de las paritarias a un tope

que significó, ni más ni menos, que la rebaja de salarios y la represión bajo el concepto político de considerar

la protesta pública como delito, en un intento de disciplinamiento a los trabajadores. Es decir, después de

haber pactado enormes ganancias y beneficios para las patronales, la variable de ajuste continuó siendo el

trabajo y el salario.

 

Con respecto a la situación de la docencia universitaria en este contexto, el rasgo principal fue el

deterioro salarial a partir del aceleramiento de la inflación, de la devaluación, del aumento de las tarifas y, la

intención nacional de imponer un techo salarial en las paritarias de un 25 %, frente a nuestra exigencia del

45% de recomposición salarial. Además, en este primer análisis debemos tener en cuenta que nuestro salario

se encontraba congelado hasta junio.

 

En este marco es que reclamamos: acuerdos paritarios que respondieran a las exigencias que las

condiciones de vida nos imponían, un verdadero aumento de presupuesto de las universidades nacionales,

como así también, la exigencia de la derogación de la Ley de Educación Superior.

Por todo ello, se hizo necesario un debate profundo con el conjunto de los docentes para diseñar un

plan de lucha nacional unificado de toda la docencia universitaria, para lograr la inmediata apertura de la

discusión salarial, con incrementos retroactivos a enero de 2016 y la eliminación del impuesto a las ganancias

para la rápida recomposición de nuestros salarios.

 

Así fue que nos declaramos en estado de alerta y asamblea permanente ante la grave situación de

 

deterioro salarial que sufrimos los docentes universitarios y el conjunto de los asalariados, y dijimos:

 

  •  No al congelamiento salarial a junio
  • Inmediata apertura de la discusión salarial con incrementos retroactivos a enero de 2016
  • Salario igual a la media canasta familiar
  • Aumento genuino y verdadero del Presupuesto Universitario
  • Derogación de la Ley de Educación Superior
  • Por paritarias libres y sin techo, por el cese de los despidos, y contra la criminalización de la protesta.