Algunas reflexiones sobre la convocatoria de la UNCUYO a sumar cátedras virtuales a la oferta internacional latinoamericana

25 de septiembre de 2020

A propósito de la convocatoria de la Universidad a conformar un catálogo de materias virtuales para ofrecer a otras universidades, nos permitimos realizar algunas observaciones:

• Se presenta como reemplazo de la movilidad internacional, esto es, de las estancias de perfeccionamiento en el exterior y, en cambio, se insta a una modalidad de participación sin recursos ni relevo de las obligaciones docentes locales. El único incentivo ofrecido es figurar en un listado de prioridades de la Secretaría.
• Se fundamenta en los siguientes argumentos: necesidad de  continuar con la internacionalización, necesidad de formar competencias globales y de promover una ampliación de la oferta para lxs estudiantes de pregrado y grado. Despojados de los elementos necesarios para hacerlos posibles, los dos primeros se convierten en meras falacias y, en cambio, queda por merituar el significado del tercero, ya que incentiva una idea de educación  como circulación de contenidos sin aula, sin vínculos, sin hecho educativo.
• Se promueve, en lugar de movilidad internacional, la disponibilidad de la producción académica y pedagógica fuera del contrato con lxs destinatarios naturales. Convertido en artefacto, cada curso además de entrar en la modalidad de la competencia “libre”, modifica a su vez las relaciones que se establecen en el proceso de enseñanza-aprendizaje y, también, a la propia concepción de universidad.
• Se presenta todo ello como “una alternativa amplia e inclusiva” sin serlo, mientras el mecanismo tiende a regular a los propios docentes mediante un dispositivo de mercado: la competencia. 

No nos interesa normalizar la situación de excepcionalidad. En lugar de ello, propugnamos por más participación en la generación de alternativas para evitar el vaciamiento de las instituciones educativas, asumiendo el compromiso ético y comunitario de la idea de Universidad pública.